domingo, 4 de junio de 2017

Lactancia en África

Recientemente he visto cumplido uno de mis sueños: viajar a África.
Por mi profesión de matrona, he tenido la oportunidad de ayudar allí en el nacimiento de preciosos hijos de este continente. Niños de ojos inmensamente grandes y piel negra que no se van de mi memoria, que se instalaron en mi corazón.
Desde que nacen, estos niños reciben la leche de sus madres, sólo eso: leche y amor.
Allí observé la mirada serena de las madres porteando al último nacido. Mientras, entre sus alegres vestidos de colores, ven jugar sin descanso al resto de su prole. Las mujeres amamantan orgullosas a sus hijos y muestran sin recato sus pechos. De hecho, las ideas de orgullo y recato no están allí, sino que las pone la sociedad europea que observa. Sobran los añadidos "culturales" que se interponen entre la mirada y el acto simple y natural de amamantar. Y, desde un punto de vista ahora profesional, me pregunto también, qué razones justifican que la lactancia materna sea en Europa una opción condicionada por factores múltiples: el diferente grado de acceso a la información, la disponibilidad horaria, la habilitación de espacios, la aceptación o el rechazo de públicos...
                                            Por  Raquel Merino Matesanz
       -matrona-

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