domingo, 12 de agosto de 2018

¿Cuándo no debemos usar betadine?

El yodo es un oligoelemento esencial para el metabolismo de todo ser humano. La principal función del yodo en el organismo es su intervención en la síntesis de hormonas tiroideas. 

El déficit de yodo durante el período prenatal en el feto y postnatal en el lactante, puede dar lugar a un retraso en  el desarrollo mental y psicomotor  del niño. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció recomendaciones  entre  200-300 microgramos de yodo  diarios en embarazadas y mujeres lactantes. En las mujeres no embarazadas las necesidades diarias de yodo están entorno a los 150 microgramos. 

Dado que el consumo de sal yodada en España está solamente entorno al 50%, hay que extender el consumo de la sal yodada a toda la población como una medida de Salud Pública. Habría que hacer un cribado sobre los hábitos alimentarios en relación con el consumo de leche y sal yodada. En las embarazadas, 3 raciones de leche y derivados lácteos + 2 gr de sal yodada cubren alrededor del 100% de las RDA en madres y el 90% en lactantes. Otras fuentes de yodo que se pueden añadir son los pescados.

No obstante, ante la controversia de algunos autores, la mayoría de las sociedades científicas recomiendan suplementos de yoduro potásico durante el embarazo y la lactancia.  Más información

Existe  un amplio margen entre las cantidades de yodo que pueden ser beneficiosas y  las nocivas (siendo mayores en 500 a 3000 veces a las que se ingieren habitualmente con la dieta e incluso con suplementos).



Por ejemplo,  el uso de povidona yodada o contrastes radiológicos se desaconsejan  en el período perinatal. La povidona yodada (betadine) está clasificada como poco segura en la embarazada y durante la lactancia, por lo que NO SE DEBE UTILIZAR este tipo de antisépticos que  son inocuos en los adultos y peligrosos durante el embarazo, parto y postparto. El betadine puede ser sustituido por  clorhexidina al 0,05%, aunque en la actualidad, para realizar la limpieza de la episiotomía o incisión quirúrgica tras la cesárea, es suficiente el agua y  jabón. 

Recuerda que el feto y el recién nacido ( más si es un prematuro),  no disponen aún  de mecanismos de autorregulación tiroidea y ante un exceso de yodo, se puede producir  un bloqueo  del tiroides dando lugar a un hipotiroidismo iatrogénico y como consecuencia defectos irreversibles de maduración cerebral.


Autora: Dra. Carolina González Hernando. Universidad de Valladolid


Alimentos ricos en yodo son los lácteos, mariscos, las algas, los pescados y la sal yodada que se emplea en la cocina de todos los alimentos.  Los pescados con mayor cantidad de yodo son la lubina, el bacalao y la perca.


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