En el post anterior hemos visto que el ecosistema vaginal está formado por diferentes mecanismos que
mantienen sano el tracto genital
femenino, como son la composición del epitelio vaginal y la flora habitual, dirigidos en gran parte por
la función del sistema endocrino y en colaboración con el sistema inmunológico. La flora saprofita no produce
infecciones a menos de que se altere el
ecosistema vaginal (por ejemplo, hasta un 20% de mujeres asintomáticas tienen Cándida saprofita en su vagina).
De forma fisiológica, el aparato genital femenino pasa por distintas etapas:
- Los fetos a nivel intrauterino reciben vía transplacentaria las hormonas maternas por lo que en el período neonatal, la vagina se colonizará por Lactobacillus probablemente adquiridos en el canal del parto.
- Desde los 20 días del nacimiento hasta la menarquia (primera menstruación) el epitelio vaginal se atrofia y se vuelve fino. El pH es más elevado en las niñas.
- A partir de la menarquia y en las mujeres en edad reproductiva, por la acción de los estrógenos, se estimula el trofismo vaginal y se mantiene el pH ácido vagina
- Con la llegada de la menopausia el estímulo estrogénico desaparece, se eleva el pH y la vagina pierde (al igual que en la etapa prepuberal) su capacidad de protección natural.
La vagina no posee
glándulas, y no existe por tanto secreción vaginal, pero el órgano está humedecido
por el trasudado en el que se bañan
células vaginales descamadas, secreciones del endometrio, moco cervical y
pequeñas cantidades de secreciones de las glándulas vulvares. Actúa como una escoba,
barriendo la mucosa vaginal y arrastrando hacia el exterior todo tipo de
células muertas y otros productos de deshecho. El moco sale del cuello uterino
y a su paso por las paredes vaginales contribuye a la lubricación de las mismas
y, por lo tanto, a su protección. También tapona el orificio del cuello uterino, protegiendo al útero de la invasión de microorganismos.
pH vaginal a través de una tira reactiva
El pH
vaginal se puede alterar también en otras condiciones fisiológicas (sangre
menstrual o el semen, con un pH neutro o básico) y en condiciones patológicas (presencia
de pólipos o erosiones en el cuello del útero). En estas condiciones, se
facilita el crecimiento de gérmenes patógenos y oportunistas, y si hay
infección se modifica la cantidad y
consistencia del exudado vaginal dando lugar a la leucorrea. En caso de que se sospeche una vaginitis: es un proceso inflamatorio de
la vagina con incremento de flujo vaginal (leucorrea) que puede asociarse a
prurito, mal olor, etc. Hay que realizar
una anamnesis, exploración y se puede recoger una toma de muestra para cultivo
microbiológico y también, se puede determinar
el pH vaginal mediante tira reactiva.
Muestra para cultivo de exudado vaginal
Escobillón con medio de Stuart-Amies 10%
Escobillón con medio de Stuart-Amies 10%
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