Me llamo Mónica y estoy a punto de empezar tercero del Grado en Enfermería en la Universidad de Valladolid. El cuatrimestre pasado, fui alumna de la profesora Carolina en la asignatura "Enfermería en salud Sexual y Reproductiva". Fué una de las asignaturas que me interesó por eso, decidí que quería profundizar un poco más. Aprovechando que estoy pasando el verano en Inglaterra, en Newcastle-upon-Tyne, comencé a buscar una rotación en los centros de NHS (National Health System) en que dispusieran de una servicio de Salud Sexual. En el Reino Unido, con un nivel de inglés avanzado, es relativamente sencillo hacer rotaciones en distintos servicios por parte de estudiantes o de profesionales sanitarios que quieran profundizar en una materia en particular.
Después de valorar las posibilidades, contacté con la supervisora de enfermería Newcroft Centre situado en el centro de la ciudad de Newcastle. Este
centro está enteramente especializado en Salud Sexual y Reproductiva. Se
organiza en consultas médicas y de enfermería. Los pacientes pueden acudir al
centro sin cita previa si necesitan atención y también con cita si están en
seguimiento. Después de realizar bastante papeleo y de tener una entrevista con
la supervisora, me aceptaron para realizar una rotación con las enfermeras
especialistas en Salud Sexual.
En la primera parte de mi estancia en el Newcroft
Centre tuve la oportunidad de observar cómo se desarrolla una consulta de
enfermería en el caso de los pacientes que llegan sin cita previa. Primero los
pacientes deben acudir a la recepción, donde se registran, y posteriormente una
enfermera realiza la primera valoración y deriva a los pacientes para que sean
atendidos por un médico o bien por una enfermera según sus necesidades. Una vez
llegan a la consulta de enfermería pude ver como la enfermera especialista
llevaba a cabo el proceso enfermero (en Inglaterra son muy metódicos, por no
decir cuadriculados). La mayoría de los pacientes que vi acudían al centro por
causas relacionadas con anticonceptivos o con ITS. Las enfermeras especialistas
en Salud Sexual tienen un papel muy relevante en estos dos ámbitos, en
concreto, en todo lo relacionado con ITS son totalmente autónomas a la hora de
valorar, diagnosticar y tratar estas patologías. De hecho, la enfermera con la que tuve la
oportunidad de rotar era “prescriptora”, con lo que tiene la facultad de
recetar al paciente los medicamentos oportunos para tratar la infección.
Además, según los protocolos de la unidad, la enfermera tiene que saber recoger y procesar las muestras, y ser capaz de analizarlas en el laboratorio para
llegar a un diagnóstico. Tuve la oportunidad de ver como procesaban una muestra
de un paciente con gonorrea y de verla al microscopio, y aunque la
microbiología no es mi fuerte fui capaz de identificar los gonococos. En lo
relativo a la anticoncepción, me sorprendió saber que también son totalmente
autónomas, y que están entrenadas para insertar los implantes subdérmicos
anticonceptivos e incluso los dispositivos intrauterinos. También pude observar
cómo llevaban a cabo la educación para la salud y el programa de monitorización
especial de clamidia y gonorrea, ambas infecciones muy prevalentes y que
constituyen un problema de salud pública en Inglaterra en general y en Londres
en particular.
Otra de las consultas que pude
observar fue la de patología genitourinaria. En este caso, los pacientes piden
cita si tienen algún problema relacionado con la salud sexual o vienen
referidos por su médico de familia. En esta consulta tuve la oportunidad de ver
la exploración a una paciente que tenía molestias al orinar y que finalmente
fue diagnosticada y tratada de una ITU.
También acudió una paciente muy preocupada por unas “manchas” que le
habían salido en el pubis y que fueron diagnosticadas como molluscumcontagiosum.
Finalmente pude ver cómo trabajan
las enfermeras especialistas en Salud Pública del centro. Están especializadas
en el seguimiento de los pacientes que han sido diagnosticados de cualquier
ITS. Cuando un paciente recibe un diagnóstico de cualquiera de estas
patologías, sus datos son enviados a las enfermeras de este equipo. Éstas
tienen la responsabilidad de contactar a los pacientes y recabar datos de sus
contactos sexuales correspondientes al periodo de transmisión de la patología
que sufren. Cuando el paciente no quiere proporcionar los datos, intentan
concienciarle de la importancia del tratamiento y la prevención de estas
enfermedades, invitándoles a visitar el centro en el que pueden recoger
preservativos o hacerse más pruebas. Si el paciente consiente en proporcionar
los datos, las propias enfermeras contactan a los contactos sexuales para que
acudan a realizarse las pruebas y la profilaxis si es necesario. Me sorprendió
en especial el trabajo que lleva a cabo
este equipo, ya que no me esperaba que los pacientes fueran tan abiertos a la
hora de proporcionar este tipo de datos.
En general, fue una experiencia genial que recomiendo
realizar a todo el que pueda. Las enfermeras con las que tuve la oportunidad de
compartir esta experiencia fueron muy simpáticas y me dieron un montón de
información, además de tomarse tiempo después de ver a cada paciente y
explicarme sus decisiones. Además de ser la primera vez que veía pacientes, lo
cual ya es emocionante en sí, pude ver cómo trabajan las enfermeras en otro
país. Estoy deseando empezar las prácticas en este curso que está a punto de
empezar.
Autora del post: Mónica Cordeiro
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